Alondras-Coruxo, la crónica

Para algunos, todo comenzó a las 8 de la mañana. Polaco y yo como unos campeones nos dimos el madrugonazo para ultimar los detalles de lo que debía ser una gran fiesta, la culminación de un año plagado de altibajos.

Pero para el grupo en general, el comienzo de la fiesta fué a las 3:30, hora pactada por el Alondrismo para la salida a Ponteareas, ya en la estación de autobuses se plasmaban las ganas y en el autobús comenzó ya la actividad: Alfonso da Herba, Maruxiña, Volveremos, el himno de Cangas...incluso hicimos los primeros pinos con el ''Himno de la Afición Alondrista''...se aumentó el número de ''bares de Alterne'', lo cual indicaba que llegábamos a Ponteareas...una mala señal: no habíamos ni llegado y la voz comenzaba a fallar...al bajarnos del bus, hicimos un pequeño cortejo hasta el Campo. En la grada, nos situamos lo más lejos posible de los vigueses y tras colgar la pancarta y las tiras (que por el viento no lucieron mucho) comenzamos a entonar (a falta de 40 minutos para el comienzo). El campo se empezaba a llenar y la gente, atónita, se embelesaba con ese grupo de jóvenes que tanto gritaban...como sería cuando saltase el Alondras.

El Grandioso salió y el júbilo estalló, era la oportunidad de salvar una temporada perdida, la Peña Alondrista, Os do Pasillo y todos los desplazados Alondristas unieron sus voces para aupar a su equipo, que tras 80 años de gloriosa historia, no ha caminado solo. A los 10 minutos no aguantábamos ya, un grupo de pijos estaba detrás de la portería vacilando a Nando, y nosotros eso no lo permitimos...así que nos fuimos de la grada y nos colocamos detrás de nuestro guardameta, haciendo incesantes los cánticos hacia un ídolo de nuestra comarca, lo cual hizo que se callaran la boquita.

En el descanso quisimos ir al bar a pillar algo, pero marchamos indignados (si no eras del Coruxo, no te atendían...) y sedientos...pero nada impidió que, otra vez desde la grada (las malas hierbas se largaron), animaramos como nunca a nuestro equipo. Nunca nos comprometimos tanto con ellos como ayer, y respondieron al tedioso ataque del Coruxo. Las gargantas aguantaron milagrosamente hasta el final del partido y saboreamos cada tímida oportunidad de los nuestros.

El tiempo reglamentario terminó y ya se sabía que no había prórroga...penaltys directamente. Quizá por los nervios quizá por instinto, nuestra reacción fué la de ir al banquillo de los nuestros para alentarlos. En los 11 metros, el factor suerte nos favoreció y invadimos el césped de Pardellas con la pancarta del grupo y festejamos el campeonato con duchazos y todo (dentro y fuera del vestuario) ante la triste mirada de los desplazados coruxistas (quien dice desplazados...aun con la lejanía Cangas-Ponteareas, superamos en número a los verdes).

La fiesta no paró en los aledaños de Pardellas y en el autobús, y muchos detalles no se pueden dar de la celebración, pero fué espectacular. Todos los conductores que ayer fueron parados por nosotros lo recordarán.


CAMPEONES!!